La verdad sobre el caso de «Beatriz» (El Salvador)

Beatriz es una mujer embarazada que padece lupus eritematoso sistémico. Su caso está siendo usado como bandera para pedir la legalización del aborto en El Salvador por la International Planned Parenthood Federation (IPPF). Está siendo manipulado para hacer creer a la opinión pública que la vida de la madre corre peligro si se mantiene la vida del hijo, pero esto es falso.

1. La realidad sobre la enfermedad de la madre: Es verdad que esta mujer tiene lupus eritematoso sistémico, pero lo que no se dice es que, según el informe médico, está en fase inactiva. La mujer no tiene ninguna necesidad de un tratamiento más agresivo. Esta enfermedad no pone en peligro su vida, ni la del niño.

Por otra parte, la mujer tuvo hipertensión en un embarazo anterior, pero está controlada y eso no significa que la vuelva a tener, sólo que corre riesgo de poder sufrirla de nuevo. Si así fuera, y fuera tan grave que su vida y la del bebé corrieran cierto peligro, no habría más remedio que hacer una cesárea. Si así fuera, la vida del niño correría peligro, pero mayor riesgo para él sería no hacer nada. Esta es una práctica habitual, no es un aborto, porque lo que se busca no es matar al niño, sino salvar a la madre y hacer lo posible por que el niño se salve.

2. La realidad sobre el niño y su enfermedad: Este niño se presenta con anencefalia. Eso no significa que no tenga encéfalo, sino que está subsesarrollado y sus conexiones neurales no funcionan. Dependiendo del grado de afectación, puede sobrevivir horas, días, meses o años. Sea como fuere, es una persona enferma, no una cosa.

3. La realidad sobre la gestación: Cuando el caso ha sido visto en juicio, la gestación estaba en 24-26 semanas. Un feto de 24-26 semanas tiene algunas posibilidades de sobrevivir en incubadora, aunque pocas, menos aún tratándose de un bebé anencefálico. Sin embargo, el embarazo por ahora transcurre sin problemas para la madre, salvo el estrés de verse sometida a la manipulación de una organización que se empeña en que o aborta o se muere. Ya le ocurrió lo mismo a la embarazada Jane Roe en EEUU, caso que tras la manipulación de informes médicos y falsificación de declaraciones -como denunció años después la propia Jane Roe-,  fue usado como caballo de Troya del aborto en ese país.

4. La realidad sobre la intervención: Con 24-26 semanas de gestación, en un caso hipotético de peligro para la vida de la madre y del hijo (cosa que no sucede en este), se podría hacer una cesárea. El niño nacería vivo, aunque por ser anencefálico y por la inmadurez, tendrían pocas posibilidades de sobrevivir. Eso no sería aborto, porque no se buscaría matar al niño, al contrario, se haría lo que se pudiera para salvar a ambos.

En el caso hipotético de que no se pudiera hacer cesárea y hubiera peligro para la vida de ambos, se podría inducir el parto. Tampoco esto sería aborto, pues se buscaría salvar a ambos, aunque el bebé tendría pocas posibilidades de sobrevivir al trabajo de parto o a los días siguientes, tratándose de un niño anencefálico.

Para practicar un aborto, tendrían que provocar el  parto pero matando al niño primero, porque si no lo matasen, nacería vivo. Eso lo harían probablemente inyectándole cloruro potásico con una aguja a través del abdomen de la madre, para provocarle un paro cardíaco. Matar al niño no tiene ninguna ventaja para la madre, lo mismo que se extrae al niño muerto, se le puede extraer vivo. Otra opción que se realiza a veces para abortar es provocar el parto sin matar antes al niño. Si se hace sin cuidado y abandonando luego al bebé -a veces tapándole con la placenta para que se ahogue-, entre que el bebé apenas resiste el trabajo de parto y que luego se le deja morir, el resultado es un niño muerto, que era lo que se buscaba. Esto parece espeluznante, pero es una práctica común, según testimonios de los propios abortistas.

5. La realidad sobre los motivos: La IPPF lleva años intentando con éxito variable extender el aborto en Hispanoamérica. Y su práctica habitual, según testimonio del propio Dr. Nathanson, uno de los mayores divulgadores del aborto en EEUU, que posteriormente se arrepintió y contó las manipulaciones que llevan a cabo, es esta: se buscan casos extremos, en los que la vida del hijo parezca poner en peligro a la de la madre para que parezca inhumana la posición provida, se presentan estadísticas tremendamente infladas de mujeres muertas por abortos clandestinos, se presenta el aborto «legal» como inocuo, y se manipulan encuestas para que parezca que la opinión pública es cada vez más favorable al aborto.

La IPPF es la tercera ONG más poderosa del mundo. En realidad, es una multinacional del aborto, cuyos ingresos proceden de fondos públicos de los países más desarrollados -especialmente de los Estados Unidos- y de la «industria» internacional del aborto. El entramado abortista se financia además con donaciones privadas de la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Fundación Bill & Melinda Gates, etc. La información internacional está fuertemente mediatizada por sus intereses; la IPPF incluso tiene acuerdos comerciales explícitos con agencias como la BBC. Los países que no suscriben leyes abortistas son fuertemente presionados y castigados con la retirada internacional de ayudas al desarrollo, inversiones, etc. En cambio, los que aceptan las presiones son beneficiados. Esta es la cara oculta del abortismo internacional, nada progresista sino todo lo contrario, financiada por el capitalismo más rancio y carente de escrúpulos.

2 pensamientos en “La verdad sobre el caso de «Beatriz» (El Salvador)

  1. Alber 3 junio, 2013 en 10:12 PM Reply

    Muchas gracias por la información, muy interesante. Pero para poder contrastar con otras fuentes, me gustaría saber dónde se encuentran los datos oficiales de los que ha extraído la información al respecto (es para darlo a conocer con más fiabilidad). Muchas gracias.

  2. Emilio Alegre, de Proyecto David 4 junio, 2013 en 9:29 PM Reply

    Muchas gracias, Alber. Aquí http://www.hazteoir.org/noticia/51661-triunfo-provida-justicia-salvador-no-se-deja-enga-ar-falso-conflicto-derechos-aborto puedes encontrar un buen resumen con acceso a documentos judiciales y citas del peritaje Medicina Legal. Creo que lo fundamental es informar de lo que representa desde el punto de vista clínico esta situación, de las alternativas que hay y de cómo se realizan, para que no nos engañen.

    Hoy hemos tenido noticia de que se ha practicado una cesárea, aunque no conocemos aún los detalles de la situación que ha llevado a practicarla. Sólo sabemos que el niño no ha podido sobrevivir más que poco tiempo. Era el procedimiento menos agresivo para el niño si se producía algún riesgo para la salud de ambos. No se puede considerar como aborto, ya que la intención no es matar al niño sino hacer lo posible por salvaguardar la salud de la madre y mantener la vida del niño en la medida que la situación lo permite, que por desgracia en este caso era poco. Nos unimos a la Iglesia en oración para entregar a ese niño, cuya vida y persona ha sido tan despreciada aquí, en los brazos de misericordia del Padre; también por la madre y por el padre, para que el Señor los abrace en su misericordia, les ayude a superar esta pérdida y sane sus enfermedades, y por los que no conocen el valor de la vida, para que se conviertan y se unan a nosotros en su defensa. Hay más fiesta en el Cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no lo necesitan (Dios no sabe de matemáticas).

    Por otra parte, volviendo al análisis del desenlace, es importantísima la salud psíquica de los padres, especialmente de la madre: no tiene nada que ver la experiencia de sufrir un trabajo de parto, con sus afanes y angustias, para dar a luz un cadáver al que previamente se ha matado en su vientre, que ser sometida a una cesárea, poder recibir a su hijo vivo, por el que se ha hecho todo lo posible, y que muera naturalmente. El camino de la verdad y de la vida es también el del amor y el de la verdadera alegría, aunque a veces se ofrezcan falsas soluciones que se prometan más felices. Los mensajeros del mal siempre prometen lo que no pueden dar, porque no lo tienen ellos mismos: ni felicidad, ni alegría, ni paz.

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